Tal vez estés planeando ya las vacaciones de verano. Relax, disfrutar del buen tiempo, de la playa, conocer lugares nuevos… Pero ¿cómo llevo todo lo que necesito en el maletero? Esta es una gran preocupación de quienes viajan por carretera con familia o amigos. Sigue leyendo, porque siguiendo estos tips vas a aprovechar mejor el espacio y podrás llevar el equipaje de todos.
Anticipación
Olvídate de llenar el maletero justo antes de salir de casa. Es mejor empezar antes, vaciando el maletero de aquellos objetos que no vamos a necesitar (por ejemplo, la mochila del gimnasio) e ir organizándose para evitar contratiempos. Así podemos ir colocando los bultos de manera lógica y entrarán más cosas.
Distribución
Ya tienes el maletero libre (eso sí, no dejes fuera elementos de seguridad o el botiquín), y es el momento de ir metiendo los equipajes. Comienza por las maletas y bultos más voluminosos, que colocarás en el fondo. Así se reparte mejor la carga, lo que va a favor de la estabilidad del vehículo, y también facilita el colocar el equipaje restante, rellenando huecos con bolsas más pequeñas y adaptables. Recuerda garantizar el fácil y rápido acceso a aquellos objetos que nos puedan hacer falta durante nuestras breves paradas.
Bultos dentro del coche
En ningún caso es recomendable llevar equipajes en el espacio destinado para los ocupantes del coche. Esto se debe a que cualquier objeto que no esté bien sujeto podría convertirse en un proyectil durante un impacto o una maniobra brusca.
Si no hay más remedio, todo el equipaje que no quepa en el maletero y otros compartimentos de carga debe ir debajo de los asientos, entre las piernas de los pasajeros (nunca del conductor) o sobre la bandeja trasera, no deslizante. En este último caso hazte con una red de sujeción que asegure una visibilidad posterior suficiente.
Que no se te olvide…
Recuerda que el comportamiento dinámico del coche empeora cuando añadimos peso. Un automóvil con cuatro personas a bordo y todo su equipaje pesa alrededor de 300 kg más, lo que se traduce en menos capacidad de frenada, menos capacidad de aceleración y más inercias. Recuerda revisar la presión de los neumáticos y, si es necesario, incrementarla según los valores recomendados por el fabricante para un uso con alta carga.
Debes conducir de manera suave, renunciando a los adelantamientos más arriesgados y aumentando la distancia de seguridad con los vehículos precedentes, sobre todo en condiciones de lluvia.