Aunque muchos no la respeten, la distancia de seguridad en la conducción es un concepto que todos deberíamos tener presente. ¿Eres de los que se pega al coche que va delante esperando a pisar el acelerador para adelantarle en cuanto puedas? Esta es una mala costumbre bastante extendida y que no solo te pone en riesgo a ti, sino a otros conductores que circulan por la calzada.
La distancia de seguridad
Por si no te acuerdas de lo aprendido en la autoescuela, la distancia de seguridad es la suma de aquella que nos permite reaccionar ante un peligro más la de frenado. Es decir, no solo depende del estado físico del conductor y sus reflejos, sino que también lo hace del vehículo que vayamos conduciendo (a más peso, más tiempo tardará en pararse) y a la velocidad que lo hagamos. No respetarla entraña una serie de riesgos y hace que los conductores seamos más vulnerables sobre el asfalto.
A qué distancia circular
Para calcular esa distancia de seguridad en condiciones normales tenemos que pensar en dejar unos segundos con el coche de delante para tener ese tiempo de reacción en caso de que se pare. Pero si el estado físico del conductor o las condiciones meteorológicas no son las adecuadas, debemos añadir metros.
También debemos contar con el vehículo. Su peso influye, pero también las condiciones en las que se encuentre. Por lo general los vehículos nuevos permiten reducir la distancia de frenado gracias a los avances tecnológicos que incorporan, mientras que los que ya tienen kilómetros son más vulnerables por el desgaste habitual de los sistemas.